La Reina Maya Xoc comenzó los preparativos para la Ceremonia de la Visión de la Serpiente que tendría lugar en el Laberinto de la ciudad de Yaxchilán. Pensativa, se dejaba preparar por las esclavas para el baño de vapor en el Temascal, mientras recordaba a su ya fallecido esposo, Escudo Jaguar. Desde que éste muriera un año antes, la lucha constante por el poder de su hijastro Pájaro Jaguar IV se había intensificado aún más, enfurecido por el hecho de que su padre hubiera legitimado en el poder a su esposa favorita, en lugar de a su propio hijo. Pronto, todo eso daría igual. La Señora Xoc sabía que le quedaba poco tiempo de vida, y lo importante era perpetuar el poder de su pueblo con la ayuda de sus aliados de Bonampak, y sobrevivir a los ataques del reino de Lacanjá. Con la ayuda de Chak, Dios de la Lluvia, su pueblo no pasaría hambre. Y la Ceremonia de la Visíón de la Serpiente, en la que Xoc se autosacrificaría atravesándose la lengua para ofrecer su sangre al Dios Sol, fortalecería a éste en su viaje a través del Inframundo. Ella sabía que éste vencería a los monstruos que allí se escondían, para renacer de nuevo por la mañana, atravesar el mundo y reunirse con los dioses del Supramundo.
Mientras tanto, rodeada de vapor, recordaba a su querido esposo. Pronto se reuniría con él...
