domingo, 8 de marzo de 2009

Reflexiones escatológicas (dedicado al cazador de jaguares)

El destacado estudiante de biología decidió por fin, tras profundas reflexiones, cual iba a ser el tema de su tesis doctoral: la nutria de río (lontra longicaudis annectens) de la zona sur de Tamaulipas, en México. Durante un par de años, nuestro amigo se perdió por los bosques, siguiendo a una familia de estos animales. Los observaba, dibujaba, fotografiaba, se metía con ellos en el agua, y cogía continuamente muestras de sus excrementos, que analizaba después en el laboratorio. Por sus cacas, sabía qué maderas roían, qué alimentos cazaban, y de qué enfermedades morían. Reunidos todos los datos, se encerró durante varios meses a escribir su tesis, que defendió ante un estricto y eminente tribunal de la Universidad de Girona, obteniendo con sus resultados el ansiado Doctorado, con la mención Cum Laude.

Ese mismo método científico se nos podría aplicar, sin duda, a los humanos. Estudiando nuestras mierdas (en el sentido más literal de la expresión), se descubriría qué vegetarianos comen jamon serrano, qué judíos ortodoxos radicales se ponen hasta las orejas de marisco, o qué respetables personajes de nuestra vida pública están enganchados a drogas y ansiolíticos varios. Porque aunque quisiéramos, nuestras heces no pueden mentir como lo hacemos nosotros cada día.

En definitiva, y como concluyó nuestro ahora Doctor en Biologia en su brillante tesis, al final resulta que somos lo que cagamos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no se que será José, lleva 2 dias sin cagar

La Radio de Darwin dijo...

¡Ay! Pobrecito.
Ánimo Tuermana