Acabo de volver a casa. He estado en el Teatro Central viendo un espectáculo de danza-luz-canto, no sé exactamente cómo definirlo. Me ha encantado. El quién es casi lo de menos. Lo que me ha dejado con la boca abierta es ver a dos mujeres de voces increíbles, y cuerpos de gelatina. Me encantaría poder estirarme como ellas. Estirarme como un chicle, y colarme por debajo de vuestras puertas. Si es que mi madre me lo ha dicho muchas veces, yo tenía que haber sido teatrera. Estira que te estira, y canta que te canta.
Me he vuelto a casa. Hace mucho frío en la calle.
Tengo hipotermia humana.
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